martes, 28 de mayo de 2013

Capítulo Veintitres: Cobarde.




Narra Gianna.

Salí de casa y justo cuando llegaba al sitio donde me había indicado le vi buscarme por todas partes con la mirada y me acerqué sigilosamente por detrás, intenté ponerme de puntillas para tapar sus ojos con mis manos pero fue imposible. Era bastante más alto que yo. Se giró para mirarme y obsequiarme una de sus sonrisas.

- Ya pensaba que no ibas a venir.-dijo y reí.
- Pensaba dejarte plantado pero me dabas pena.-contesté dándole un pequeño codazo.
- ¡Oye! –se quejó.
- Era broma.-sonreí.- ¿Dónde vamos a ir? –pregunté curiosa.
- Ah.-dijo levantando las manos.- Es una sorpresa.
- ¿Por qué tanto misterio, Styles? –pregunté con mi brazos en jarra, apoyados en la cintura.
- Para una vez que me concedes una cita, tiene que ser perfecta.-dijo sonriendo.- Y vámonos, hace demasiado frío.-Me cogió de la mano y dejé que me arrastrara hacia donde fuera que me llevara sin oponer resistencia.

Narra Harry.

Llegamos al restaurante donde lo tenía todo preparado en diez minutos. Era un pequeño restaurante de Doncaster, pintoresco y acogedor. El dueño conocía a mi familia desde hace mucho y por eso, había conseguido que nos lo dejaran para los dos solos. Entramos y fuimos hasta la mesa preparada, retiré su silla para que se sentara y deje mi abrigo en la de en frente.

- Ahora vuelvo, voy a buscar la cena.
- ¿No es para eso para lo que están los camareros? –dijo soltando una risita.
- Hoy no, señorita.-sonreí y fui hasta la cocina para coger los platos con la cena ya lista.- Aquí está, espero que te guste, me ha llevado varias horas en la cocina esta tarde.-dejé un plato frente a ella y el otro en mi sitio. Me senté y ella me miraba con los ojos abiertos.- ¿Qué?
- ¿Has cocinado tú? –asentí con la cabeza y sonrió.
- Y come que se enfría.

Pasamos toda la cena hablando y entre risas. Parecía haberse olvidado que estaba con Harry Styles, “el capullo egocéntrico”, ya que no me hablaba con la misma rudeza y frialdad con la que lo hacía normalmente y eso me encantaba. Después, la acompañé andando hasta su casa.

- ¿Sabes? Lo he pasado bien hoy.-dijo rompiendo el silencio.- Creo que podría romper la regla de los dos segundos alguna vez más.-sonreí.

- Eso me gusta. Mucho.-ahora sonreía ella, casi habíamos llegado a su casa.
- Pero hay algo que no entiendo, Harry.-estábamos en la puerta ya, se colocó frente a mí.- ¿Por qué…?-no la dejé acabar.
- Ni yo mismo lo sé.-sonreí encogiéndome de hombros.- Nunca me había pasado nada así pero me gusta esta sensación.-Ambos nos quedamos mirándonos en silencio para soltar una risita después.
- Nos vemos el lunes, Haz.-se acercó para besar mi mejilla y esperé a verla entrar en su casa.

Narra Taylor.

No lo podía creer. Las imágenes reveladas en aquel video no paraban de dar vueltas dentro de mi cabeza y se estaba volviendo insoportable. ¿Por qué lo hacía? Después de que yo dejara atrás todos mis miedos para estar con él, él me demostraba ser como todos los demás.

El sonido del timbre hizo que pegara un leve brinco del sofá. Pensé que serían mis padres pero al girar el picaporte me di cuenta de que estaba equivocada. Me encontré con él, mirándome con sus ojos marrones, sonriéndome. Se acercó a besarme pero aparté bruscamente la cara. Él me miró extrañado, con el ceño fruncido.

- ¿Tay? ¿Qué pasa? –preguntó llevando su mano para acariciar mi mejilla. Nuevamente me aparté.

Narra Liam.

- Estoy segura que le va a encantar.-dijo Jess.
- Eso espero.
- Ya verás como sí.-besó mi mejilla y nos despedimos con un abrazo.

Puse rumbo a casa de Tay para darle una sorpresa y, de paso, mi regalo. Iba feliz, tarareando una canción mientras andaba. Me llevó unos quince minutos llegar hasta la puerta de su casa y sin pensarlo dos veces, presioné un par de veces el timbre. Unos segundos después, me abrió, fui a besarla pero se apartó.

- ¿Tay? ¿Qué pasa? –dije extrañado. Quise acariciar su mejilla pero volvió a alejarse.- ¿Te pasa algo? –repetí.
- Te crees muy listo, ¿no? –la miraba con el ceño fruncido. No entendía absolutamente nada.-
- Tay no sé de qué hablas, yo solo venía a…
- A nada, Liam. ¿Por qué no vuelves con Jessica? Parecía que lo estabas pasando bien.
- ¿Qué? –cada vez estaba más sorprendido.
- Que no soy tonta, Liam. Me estás engañando con Jessica, lo he visto.
- Eso no es verdad, nunca lo-me interrumpió.
- No quiero saber nada más de ti. Gracias por ser como el resto de tíos del mundo.-y cerró la puerta en mis narices, sin darme tiempo a decir nada más.


Narra Rebecca.

- Con que a Irlanda, ¿eh? –pregunté.
- Claro.-dijo asintiendo con la cabeza.- Es un sitio precioso, te encantaría.

La verdad es que la idea de pasar unos días junto a él era el mejor plan que podría tener para las vacaciones de Navidad. Pasamos el resto de la tarde tumbados en el sofá cuando el sonido de las llaves entrando en la cerradura interrumpieron. Entró mi hermano el primero y subió directamente las escaleras dejándonos escuchar un portazo después.

- Qué agradable es.-susurré soltando una risita. Después entraron mis padres.
- Hola.-saludó mi padre.
- Hola Niall, no sabía que estabas aquí.-dijo mi madre, ambos nos levantamos del sofá y él los saludó: con un apretón de manos a mi padre y un pequeño abrazo a mi madre.
- Creo que debería irme.
-Puedes quedarte a cenar si quieres.-ofreció mi madre.
- Gracias pero mi madre me está esperando.-sonrió y ambos fuimos hasta la puerta.- Ya sabes, ve preparando el terreno para lo de Irlanda.-me dijo bajito. Reí.
- ¿Y por qué no te quedas a cenar y se lo dices tú? –dije divertida.
- Aún queda más de un mes.-dijo repitiendo mis palabras de hacía un momento.
- Cobarde.-
- No me vas a picar.-me sacó la lengua.- Hasta el lunes preciosa.-besó mis labios levemente y volví al salón.

Narra Zayn.

- ¿Qué tal ha ido esa búsqueda del regalo? –Le pregunté asomándome a la ventana. Escuché sus risas que me hicieron sonreír.
- Luego dices que no me espías, Malik…-contestó señalándome con el dedo.
- Solo estaba esperando a que llegaras para irnos a cenar, porque sigue en pie esa cena en tu casa, ¿no? –asintió con la cabeza. Cogí mi chaqueta y me la puse antes de salir y acercarme a ella.- Hola.-sonreí antes de besarla.

Agarró mi mano y caminamos unos pasos hasta su casa. Llamó al timbre y su madre en seguida nos abrió. Se parecían mucho: tenían los mismos ojos azules.

- Hola mamá.-la saludó con un beso en la mejilla.
- Y tú debes ser Zayn, ¿no? –preguntó ella.
- Encantado, señora Bolton.-contesté educadamente tendiéndole la mano.
- Nada de señora, solo Jane.-sonrió e hizo un gesto con la cabeza indicándonos que entráramos en casa.

Al principio me costó un poco entablar conversación debido a mi timidez y mi poca gracia para integrarme con gente desconocida pero la madre de Jess era una mujer muy amable y en seguida consiguió hacerme sentir cómodo en aquella situación, dando lugar a una cena bastante entretenida.

Narra Jessica.

- Recuérdame que no te espere más para ir a clase.-dije cuando llegó a mi lado.
- ¿Por qué? –preguntó poniendo cara de inocente. Reí.
- Porque eres un dormilón que me va a hacer llegar tarde.-respondí.

Cuando llegamos ya estaban todos en clase y no me dio tiempo ni siquiera a ir a saludar a las chicas porque el profesor entró justo detrás de nosotros. Las tres primeras horas se hicieron bastante largas y cuando llegó la hora del recreo salimos todos a reunirnos, como era habitual, en la cafetería.

- Claro que lo eres.
- Que no.-discutían bromeando Bec y Nialler.
- ¿Qué pasa aquí? –pregunté sentándome sobre las rodillas de mi chico.
- Que mi novio es un cobarde que no se atreve a pedirle a mi padre que me deje ir con él a Irlanda unos días.-contestó ella.
- Uh, eso no nos lo habías contado.-dije yo.
- Necesitamos una charla de chicas.-dijo Gia.- Tenemos mucho que contarnos.-En seguida, Bec y Des apoyaron la idea asintiendo al igual que yo.
- ¿Esta tarde en mi casa? –propuso Des.
- Claro.
- Perfecto.
- ¿Tú qué dices, Tay? –pregunté yo, pero la noté algo distante.
- No sé cómo tienes la poca vergüenza de dirigirme la palabra.-dijo y se levantó rápidamente para salir con sus cosas de la cafetería. Todas nos miramos sin entender nada. ¿Se puede saber qué había hecho?

Narra Louis.

- Bueno, cuéntame compañero, ¿qué tal ha ido con Gia? –pregunté a Harry pasando un brazo por sus hombros mientras subíamos de vuelta a clase.
- Creo que todo va viento en popa.-sonrió.- Conseguí que me diera una cita.
- Así me gusta.-palmeé su hombro derecho. Nos sentamos en nuestro sitio de siempre.
- ¿Y tú qué? ¿Algo nuevo con Des? –sonreí inconscientemente.- Y no me digas que no, acabas de delatarte tú mismo.

- Ha dejado a Mark y nos hemos besado.-dije sin apartar la vista de ella. Estaba hablando con Gia cuando nuestras miradas se cruzaron y me dedicó una sonrisa, a lo que sonreí también.
- ¿Me estás vacilando?
- En absoluto.
- ¿Estáis juntos?
- Claro que no, no me va a poner las cosas fáciles, no después de lo que hice.-expliqué.
- ¿Por qué nos habremos fijado en dos chicas que nos hacen la vida tan complicada? –dijo Harry riendo.
- Porque son increíbles.

Narra Destiny.

- ¿Me perdí muchas cosas el viernes pasado? –le pregunté a Gia. Inmediatamente ella se sonrojó.- Uh, ¿qué pasó? Solo te sonrojas cuando ligas con alguien.
- No creo que este sea el mejor sitio para contártelo.-dijo bajito y sonrió levemente, giré la cabeza para encontrarme con Harry y Louis pasando por nuestro lado.
- Espera, espera, ¿Harry y tú…? –insinué y sus mejillas se volvieron más rojas aún.- ¡Ah! –chillé emocionada, quizás demasiado.
- Señorita Miller ya sé que la apasiona la literatura pero intente ser menos escandalosa.-me regañó el profesor entrando por la puerta. Gia rió.
- Tienes que darme todos los detalles.-le pedí a lo que ella asintió.

Narra Niall.

- Hasta mañana, cobarde.-dijo Bec a modo de despedida, antes de besarnos.
- Hasta mañana, fea.-contesté.
- A las siete en mi casa.-dijo Des y las demás asintieron. Bueno, a excepción de Tay que no sabíamos dónde se había metido. Me despedí de Zayn y Liam y Des y yo empezamos a andar, como todos los días.
- Uy, mira quién va por ahí.-dije.- Tu Romeo.-señalé la cera de en frente.

- Cállate.-recibí un pequeño golpe en el brazo.
- ¿Quieres que me vaya y os dejo solos? –dije para chincharla.
- Claro que no idiota.-dijo sacándome la lengua.- Además, no cambiaría mis paseos de vuelta a casa con mi duendecillo por nada ni nadie.
- Oh, qué bonito te ha quedado eso, pequeña mariposa.-dije dramatizando casi llegando a mi casa.
- Hasta mañana, tonto.-dijo abrazándome.
- Que se os de bien esta tarde, no cotilleéis mucho.
- Te criticaremos a ti el que más.-dijo andando calle abajo mientras reía y entré en casa.

¡Hola chicas! Sé que debería haber subido antes porque ya llevo una semana de vacaciones pero, sinceramente, la semana pasada con los nervios del concierto no se me ocurría nada bueno para el capítulo. Aún así, no me convence mucho pero bueno, espero que os haya gustado aunque sea un pelín. Subiré pronto, lo prometo. 
Love,
Sarai.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Capítulo Veintidos: Dura de pelar.




Narra Gianna.

Me desperté el sábado por la mañana pero decidí quedarme a hacer el vago, tumbada en la cama. No tenía ganas de hacer nada y todo era por culpa de lo que había pasado la noche anterior. ¿Cómo había sido capaz de dejar que me besara? Supongo que sus palabras me convencieron… Pero tengo que admitir que me gustó. Me gustó demasiado, tanto que si tuviera la ocasión de volver a probar sus labios, esta vez sería yo la que diera ese paso. ¿Qué se suponía que me estaba pasando? El sonido del móvil avisándome de la llegada de un whatsapp me hizo volver a la realidad.

“Buenos días, señorita Swan. ¿Haría usted el honor de salir conmigo esta tarde? Nada de regla de los dos segundos, por favor. Styles xx”

¿Y ahora? Una parte de mí decía que le diera una negativa, como las veces anteriores pero la otra parte gritaba que aceptara de inmediato. Esa parte quería probar y darle una oportunidad.

“Buenos días. Haré hoy una excepción, ¿dónde  y cuándo nos vemos? Gia xx”

Narra Zayn.

Desperté el sábado abrazado a ella y sonreí. Me incorporé un poco intentando no despertarla y me quedé observándola un momento. Se removió levemente antes de abrir los ojos.

- Buenos días.-dije antes de besar su frente.
- Buenos días.-contestó estirándose.- ¿Ese reloj va bien? –dijo alarmada.
- Sí, claro.-respondí.
- Oh Dios, Liam me va a matar.-dijo saliendo rápidamente de la cama y poniéndose la ropa, había dormido con una camiseta mía.- Había quedado con él hace media hora.
- Bueno tranquila, desayunamos y luego te vas, total, no creo que le importe esperarte unos minutos más.-dije levantándome también.
- Que graciosillo te levantas, Malik.-dijo terminando de ponerse las zapatillas.
- Anda, venga, te hago yo el desayuno para que no te quejes.-dije cogiéndola de la mano, arrastrándola hasta la cocina.

Hice el desayuno y unos quince minutos después, terminamos.

- Me voy corriendo.-dio el ultimo bocado a la tostada antes de besarme ligeramente.
- Eh, señorita, eso no es un beso en condiciones.-la cogí del brazo para pegarla a mí y besarla de nuevo. Un beso más largo que el anterior.
- Te quiero.-gritó mientras salía por la puerta.
- Y yo a ti.-contesté de la misma manera, observando cómo se alejaba mientras una sonrisa invadía mi cara.

Narra Jessica.

Volví a comer a casa, algo que hice a la velocidad del rayo para salir a encontrarme de nuevo con Liam y ayudarle a elegir ese regalo para Tay. Justo al salir y pasar por delante de la casa de Zayn, vi unos ojos marrones observándome desde dentro. Reí y me acerqué a la ventana.

- ¿Me espías, Malik? –pregunté divertida.
- Claro que no, tonta.-rió.- ¿Dónde vas?
- He quedado con Liam.-frunció el ceño.- Quiere hacerle un regalo a Tay y me ha pedido que le acompañe.-expliqué.
- Creo que voy a tener que hablar seriamente con Liam, no es normal que me quite tiempo de estar con mi chica…-dijo mirándome y después se echó a reír.- Es broma, es broma.-levantó los brazos y sonreí.
- ¿Quieres pasar esta noche a cenar a casa? –pregunté.
- ¿Con tu madre?
- No muerde, eh.-dije apoyando los brazos en mi cintura.- Pero si no quieres pues nada…
- Que sí, claro que quiero. Anda vete ya que Liam va a pensar que siempre llegas tarde.

Narra Harry.

¡Había recibido una respuesta afirmativa! ¡Sí! ¡Baile de cinco segundos! 1,2,3,4,5. Vale, para ya. 

Me encontré a mi hermana mirándome desde la puerta, negando con la cabeza. Sacudí la cabeza un par de veces, necesitaba concentrarme y esmerarme en prepararle algo en condiciones a Gia. Estuve pensando toda la mañana en algo que valiera la pena pero como no se me ocurría gran cosa, decidí pedirle consejo a mis dos chicas que muy amablemente (y encantadas de que por fin, como decían ellas: “hubiera sentado un poco la cabeza”) me ayudaron a prepararlo todo.

Sobre las siete de la tarde, salí de casa perfectamente arreglado. Había anochecido casi totalmente, se notaba que el invierno estaba a la vuelta de la esquina. Llegué al sitio acordado y no había rastro de ella. Mi cabeza empezó a darle vueltas y a pensar que se había arrepentido y no aparecería. Froté mis manos un par de veces, hacía frío. Entonces unas manos intentaron tapar mis ojos desde atrás, no lo consiguió al ser más bajita que yo. Sonreí y me giré.

- Ya pensaba que no ibas a venir.-ella rió.
- Pensaba dejarte plantado pero me dabas pena.-dijo divertida dándome un pequeño codazo.
- ¡Oye! –me quejé.
- Era broma.-sonrió.- ¿Dónde vamos a ir?

Narra Rebecca.

Esta vez era yo la que estaba sola en casa, el tiempo de fuera no acompañaba mucho así que no tenía ganas de salir a la calle y llamé a Nialler para que viniera y viésemos una peli juntos.

- ¿Has hecho palomitas? –preguntó cuando le abrí la puerta.
- ¿Esas son formas de saludar?
- Es que si no has hecho palomitas, me voy.-dijo serio y a los pocos segundos se echó a reír.-Que no boba, las palomitas es lo de menos, ven aquí.-dijo agarrándome del brazo, pegándome a él para besarnos.

Entramos en casa, le dejé eligiendo la película mientras las palomitas terminaban de hacerse, volví al salón con un cuenco lleno hasta arriba y nos sentamos en el sofá, abrazados.

- Bec.-
- ¿Si?
- ¿Crees que tus padres te dejarían venirte conmigo unos días en las vacaciones de Navidad?
- Aún queda más de un mes.-reí. Me miró esperando la respuesta.- No lo sé, tendría que preguntar pero conociendo a mi padre…-dije y su cara cambió completamente.- Eh, pero que si me dicen que no, me escapo.-ambos sonreímos y depositó un pequeño beso sobre mis labios.
- Genial.
- ¿Y dónde me quiere llevar, señor Horan? –pregunté curiosa.
- A Irlanda.

Narra Liam.

Después de comer, tal y como habíamos quedado, salí de casa para encontrarme en el sitio de siempre con Jessica. Nos saludamos con un beso en la mejilla y caminamos mientras charlábamos hasta el centro comercial. Quería regalarle algo especial, simplemente porque me apetecía pero no sabía el qué. Ahí estaba el problema. Pasamos por varias tiendas de ropa pero eso no era lo que estaba buscando. Decidimos sentarnos en una cafetería a ver si así se nos ocurría alguna genial idea.

- ¡Lo tengo! –gritó Jess dando un golpe en la mesa.
- Calla, escandalosa.-dije riendo.
- ¿A qué no te lo cuento?
- Venga, suéltalo.
- Tengo entendido que adora el cine.-empezó.
- Hasta ahí llegó yo, mona.
- Pues podemos buscar algo como un colgante en forma de claqueta, ¿sabes como te digo, no?
- ¡Es una idea genial! ¡Jess, te adoro, te adoro, te adoro! –dije abrazándola, dejando varios besos en su mejilla.

Narra Taylor.

Sábado por la tarde y yo sin tener nada que hacer. Me parecía raro que Liam no me hubiera llamado para salir ni nada pero no le di mayor importancia, supongo que tendría cosas que hacer. Estaba sola en casa así que me bajé al salón, me senté en el sofá y puse una película en la televisión. Cuando ni siquiera había llegado a la mitad de la película, sonó mi móvil. Me levanté para ir a cogerlo. Tenía un mensaje en whatsapp pero de un número que no tenía registrado en el teléfono, ¿quién sería? Abrí el mensaje que adjuntaba un video junto a una frase “Mira que bien se lo pasan.” Inmediatamente puse el video y no me gustó nada lo que vi: Jessica con Liam dándole besos, abrazados, él diciendo algo como “Jess te adoro”. Las lágrimas no tardaron mucho en empezar a caer por mis mejillas. Después de hacer un esfuerzo por superar mi miedo para estar con él, ¿y ahora me hace esto? No me lo podía creer.

Narra Louis.

Miré la hora por no se cuánta vez. Estaba nervioso. Pasara lo que pasara, hoy iba a decírselo. Ya me daba todo igual. No aguantaba más. Miré por la ventana de mi habitación y la vi despedirse de su padre con un beso en la mejilla y salir del coche. Unos minutos después, escuché voces en la planta de abajo: la de mi madre y la suya, y más tarde, unos pasos acercándose a mi habitación.

- Adelante.-grité cuando tocó a la puerta. La abrió y entró.
- Hola Lou.-sonrió y llegó hasta mi para darme un beso en la mejilla.
- ¿Qué tal por Londres? –pregunté mientras sacaba todo lo necesario y me sentaba en la silla del escritorio.
- Bien.-respondió sin más.
- ¿Y con Mark, qué tal? –volví a preguntar.
- Bien.-hizo una pausa.- lo hemos dejado.-abrí los ojos, sorprendido y no pude evitar sonreír. Menos mal que estaba de espaldas a ella y no podía verme.
- Vaya, lo siento, Des.-

- Louis.-me llamó y me giré para mirarla.- no seas mentiroso.-soltó una risita sentándose a mi lado.- no lo sientes.

Narra Destiny.

Estuvimos toda la tarde con el dichoso trabajo, aunque no se me hacía muy pesado, Louis siempre estaba haciendo bromas y era imposible aburrirse a su lado. Me levanté para recoger mis cosas cuando vi un cuaderno abierto, me acerqué y lo cogí para leerlo. Era la canción que había cantado el viernes.

- Así que… Loved you first, eh.-dije ojeándolo, con la espalda apoyada en la pared.- Nunca me habías dicho que escribías canciones.
- Empecé a hacerlo hace poco.-contestó despreocupado, terminando de recoger.
- Uy, si hay más por aquí.-dije pasando de página.- Last First Kiss.-leí en alto y empecé  a leer el resto de la canción. Un momento. ¿Era para mí? –Louis.-levanté la cabeza del cuaderno, topándome de lleno con sus ojos azules.- ¿puedo hacerte una pregunta? –dije, ¿en qué momento se había pegado a mí? Me estaba poniendo nerviosa.
- Di.-dijo haciendo un pequeño movimiento con la cabeza.
- Esta canción es…-empecé a decir y el asintió con la cabeza.
- Para ti.-dijo acariciando mi mejilla.- Como todas las demás.-apoyó su frente contra la mía.- Des.-susurró, prácticamente con sus labios sobre los míos.-Déjame ser tu último primer beso.-y entonces pasó. Sus labios se fundieron con los míos por segunda vez. Recordaba a la perfección el sabor de su boca, algo que me hacía darme cuenta de que en realidad, nunca había dejado de quererle.
- Solo espero que esta vez no salga Harry de algún sitio diciendo que esto es una apuesta.-susurré cuando nos separamos levemente. Él rio mirándome.
- No lo es.-dijo.- ¿sabes? Te ha venido bien estar con Mark, has cogido práctica.-dijo y recibió un golpe en el hombro.- Auh.
- Has roto el momento romántico, idiota.-reímos.- Tengo que irme, me esperan para cenar.-dije saliendo de esa jaula que entre sus brazos y la pared se había construido a mi alrededor. Bajamos los dos, me despedí de su madre y sus hermanas y de él en la puerta.- Mañana nos vemos.-besé su mejilla.
- Eh, ¿no me das uno mejor? –dijo poniendo morritos y reí negando con la cabeza.
- No soy como todas esas con las que has estado y lo sabes, Lou.-me miró interrogante.- Gánate el próximo.-sonreí y volví a besarle en la mejilla antes de cruzar la calle y entrar en casa.

Narra Niall.

Lunes de nuevo. ¡Qué pesadez! Me puse el uniforme, las zapatillas blancas y tras coger la mochila y un abrigo porque ya hacía frío, salí de casa después de despedirme de mi madre. Esperé unos minutos hasta que vi a Des aparecer por la calle.

- Vamos, pequeña mariposa, me estoy congelando aquí fuera.-dije frotándome las manos.
- Pues la próxima vez no seas tan tonto de esperarme en la calle.-dijo riendo después de besarme en la mejilla.
- Te veo muy feliz para ser lunes.-comenté. Ella se encogió de hombros mientras andábamos y sonreía a la vez.- Venga, cuéntamelo.-iba a empezar a hablar pero la interrumpí.- No, mejor lo adivino.-Me miró con una ceja levantada.
- A ver, listo.-
- Es fácil, tiene que ver con Louis.-
- Mentira.-dijo levemente sonrojada.
- Claro que sí, es más, apostaría que ese “casi” beso del otro día ha pasado a ser un beso sin “casi”. ¿He acertado?
- Totalmente.-admitió.
- Oh, mi pequeña mariposa vuelve a estar enamorada.-dije abrazándola de lado.- ¿Y para cuándo la boda? –bromeé.
- Eh, ni siquiera estamos juntos, sabes que no lo tendrá fácil.
- Dura de pelar, ¿eh? –dije sin soltarla. Ella asintió con la cabeza.- Esa es mi chica.-besé su cabeza y nos reunimos con los demás al entrar en el instituto.
 Matadme si quereis porque hace muchísimo tiempo que no subo pero como ya sabeis estoy ahora con los exámenes y practicamente no tengo ni un minuto libre para ponerme a escribir...Espero que os haya gustado el capítulo aunque es algo cortito. Subiré en cuanto pueda, lo prometo! 
Love,
Sarai.