jueves, 28 de marzo de 2013

Capítulo Dieciocho: Ganas de verte.




Narra Harry.

Me desperté con ganas de volver a verla. Me di una ducha, salí con una toalla enrollada en la cintura y fui hasta mi habitación. Decidí enviarla un whatsapp antes de empezar a vestirme.

“Anoche lo pasé muy bien, me apetece pasar un rato contigo pero esta vez solos, sin tanto ruido ni tanta gente, ¿qué me dices? xx.”

Saqué un pantalón vaquero del armario, una camiseta básica blanca y una sudadera morada de Jack Wills. Estaba terminando de abrocharme el pantalón cuando el móvil sonó, esperé que fuera ella.
“Para el carro, Styles. Eso ya sería pasarse, recuerda lo de los dos segundos…”

La imaginé riendo mientras escribía eso y sonreí.

“Esa estúpida norma que tienes… ¿Hay alguna manera de convencerte para que salgas conmigo?”
“Ninguna. Nos vemos mañana en clase, Harry.”

Supe que no debía insistir porque aunque lo hiciera solo conseguiría más negativas. Terminé de vestirme, coloqué mis rizos rebeldes en su sitio y después de coger algo para desayunar, salí en dirección a casa de Louis quería saber cómo se encontraba después de lo de la noche anterior. Llamé al timbre y él mismo me abrió, al parecer su madre y sus hermanas habían salido. Me le encontré con el labio partido, tal como le había visto anoche, y con un pequeño moratón en el pómulo.

- Pega fuerte el rubio, eh.-comenté.
- Me voy a ahorrar mi opinión sobre él.-dijo haciéndome pasar.

Subimos a su habitación y estuvimos un rato hablando de lo que había pasado y demás hasta que llegó la hora de comer y volví a mi casa.

Narra Destiny.

Recibí un mensaje del duendecillo preguntándome por lo de anoche, estaba con Mark, así que le dije que mañana se lo contaría todo en condiciones.

- Lo siento mucho otra vez, Des. No ha sido el fin de semana que esperaba.-dijo en la puerta de mi casa. Tenía que irse ya a Londres.
- No te preocupes.-sonreí y me besó.
- Nos vemos el viernes allí.-dijo montándose en la moto. Se puso el casco.
- Claro.-contesté y arrancó, perdiéndose por el final de la calle.

Me apoyé en la pared de la fachada de mi casa y suspiré. Aún no me podía creer que Mark hubiera pegado de aquella manera a Louis. Louis. Miré al frente y decidí ir a ver qué tal estaba. Era lo mínimo que podía hacer. Llamé al timbre y me abrió su madre.

- Hola Jay, ¿está Louis en casa?
- Hola Des.-sonrió.- Si claro, está en su habitación.
- ¿Puedo subir?
- Claro mujer.-rió y entré en la casa.- Por cierto, ¿sabes si le pasó algo anoche en la fiesta? No quiere salir de la habitación y me pareció verle algo morado en la cara.-resoplé. ¿Y ahora qué? ¿Se lo contaba?
- Supongo que debería decírtelo él pero…fue culpa mía, estábamos bailando, mi novio llegó por sorpresa, nos vio, pensó mal y bueno, le pegó. Por eso venía, a ver qué tal estaba.-dije apenada.

Narra Liam.

Volví a casa con una sonrisa inmensa en la cara. Me había besado. ¡ME HABÍA BESADO! Eso quería decir que no tenía miedo, ¿verdad? Que quería algo más conmigo, que yo también le gustaba. Tanto como ella a mí.

Me metí en la cama en cuanto llegué a casa, después de deshacerme del disfraz y sin hacer mucho ruido para no despertar a mis padres. A la mañana siguiente no tenía mucho que hacer así que aproveché para quedarme en la cama hasta las doce de la mañana más o menos. Desayuné poca cosa ya que si no luego no comería en condiciones. Me senté en el sofá, al lado de mi padre que hacía zapping, no había nada interesante, así que la mandé un mensaje.

“Tengo ganas de verte.”
“Ya nos veremos mañana en clase.”
“JA-JA-JA Muy graciosa. Me refería a ahora mismo.”
“¿Ahora mismo? Pero tengo que estar de vuelta en casa a la hora de comer.”
“Hecho. En quince minutos estoy allí.”

Subí rápidamente a quitarme el pantalón de deporte que me había puesto para estar en casa y con unos vaqueros, una camiseta de manga larga, la chaqueta y mis converse, salí a buscarla.

Narra Rebecca.

Tenía unos ejercicios de francés pendientes para el martes así que decidí hacerlos aquella mañana de domingo. No dejaba de darle vueltas a la supuesta sorpresa de Niall. Este chico…¡siempre dejándome con la intriga! ¿Tanto le costará contar las cosas sin rodeos? En fin. Comí junto a mis padres y mi hermano que, por raro que parezca, hoy no discutían. “Se habrán levantado de buen humor”, pensé. Vimos una película como solíamos hacer después de comer, sí de esas que echan más malas que yo que sé, pero bueno, era una manera de pasar un rato en familia. Sobre las seis, fui a arreglarme, aunque antes le mandé un mensaje a Nialler para saber dónde iríamos, contestó que estaríamos en su casa, así que elegí unos vaqueros oscuros y una camiseta azul de media manga, me puse unas zapatillas, cogí el abrigo y metí el móvil en el bolsillo derecho del abrigo.

- ¿Dónde vas? –preguntó mi padre.
- He quedado con Niall.-contesté.
- Eso no contesta a la pregunta.
- Es que no sé dónde vamos a ir.-mentí. Si Niall me había dicho que estaríamos en su casa era porque su madre no estaba y claro, no iba a decirle a mi padre que iba a estar con mi novio a solas en su casa, ¿no? –Es una sorpresa.
- Anda, deja que se vaya.-le regaño mi madre bromeando.
- No vuelvas tarde y ten cuidado.-
- Claro.-sonreí. Justo en ese momento sonó el timbre.- Hasta luego.-me despedí de ellos con un beso en la mejilla y abrí la puerta para salir, encontrándome con mi chico.

Narra Louis.

Me desperté con la mandíbula dolorida, me miré al espejo del cuarto de baño y descubrí el moratón que tenía en el pómulo, no quería que mi madre o alguna de las pequeñas me vieran así por lo que me quedé en mi habitación encerrado hasta que salieron. Recibí una visita de Harry por la mañana y estuvimos hablando de lo ocurrido. Lo peor no había sido los golpes que me había llegado si no volver a casa y verles despedirse en la puerta de la casa de Des. Verlos besándose dolía mucho más que cualquier puñetazo. Hice a mi madre subirme la comida e intenté disimular el morado bajo un poco de maquillaje, algo que pareció colar. Estaba mirando al techo, tumbado en la cama, sin hacer gran cosa cuando llamaron a la puerta.

- Mamá que estoy bien.-dije pensando que sería ella.
- ¿Puedo pasar? –Esa voz no era la de mi madre. Entonces su cabecita rubia se asomó por la puerta de mi habitación.
- Sí, pasa.-contesté.
- ¿Qué tal estás? –se acercó.- Madre mía…siento mucho lo de anoche, Lou.-dijo sentándose sobre la cama, me incorporé quedando frente a ella.
- No te preocupes, estoy bien.
- Pero mira cómo te ha dejado el labio y tienes un moratón.-dijo con una mano puesta en mi mejilla, pasando suavemente el pulgar sobre el pómulo. Hice una pequeña mueca de dolor.
- No es nada, de verdad.-Me di cuenta en aquel momento de lo peligrosamente cerca que tenía sus labios.- Des…yo.-quería retomar la conversación de la noche anterior, tenía que decírselo ya y si no podía ser con palabras, sería con acciones. Fui a terminar con la distancia cuando su voz me interrumpió.
- Louis no me hagas esto.-susurró.
- ¿Por qué? –pregunté de la misma manera, apoyando su frente contra la mía.
- No puedo.
- ¿Le quieres?
- Sí.-contestó tan bajito que de no ser por lo cerca que estábamos, no lo hubiera escuchado.
- ¿Más que a mí? –me atreví a preguntar. Tan solo me miró a los ojos durante unos segundos antes de levantarse y salir de la habitación sin decir una palabra más. Suspiré dejándome caer de nuevo en la cama. No había contestado. ¿Eso quería decir que sí que me quería?

Narra Taylor.

Quince minutos había dicho. Me vestí rápidamente y justo cuando terminaba de hacerme una coleta alta, sonó el timbre. Bajé prácticamente corriendo a abrir la puerta. Por suerte, mis padres habían salido a dar una vuelta y no volverían hasta dentro de un rato para comer.

- Hola.-dijo sonriendo.
- ¿Hola? ¿Me mandas un mensaje diciendo que tienes ganas de verme y cuando llegas es lo único que se te ocurre decir? –dije intentando parecer enfadada. Él me miró, encogiéndose de hombros mientras reía.

- Hm…¿sí? –no pude aguantar más y reí con él.- Bueno, en realidad no solo tenía ganas de verte si no de hacer algo.
- ¿Y se puede saber de qué, señorito Payne? –pregunté apoyándome en el marco de la puerta. Se acercó rápidamente a mí sin decir nada más y me besó. Beso que en seguida seguí, para nada como el de la noche anterior que no había sido más que un roce, este era un beso de verdad.
- Hecho.-dijo al separarnos para respirar y volví a reír.
- ¿Quieres pasar? –dije sonriendo.
- Claro.-entramos y fuimos hasta el salón, donde nos quedamos charlando hasta que llegó la hora de comer.

Narra Niall.

Dejé todo preparado y fui a buscarla a pesar de que me hubiera repetido más de veinte veces que no hacía falta, que se sabía el camino a mi casa de memoria. Pero a mí me apetecía pasar a por ella. Llamé a su puerta mientras jugueteaba con una rosa roja que tenía en mi mano. Abrió recibiéndome con su habitual sonrisa. Preciosa.

- Hola princesa.-dije después de besarla y dándola luego la rosa.
- ¿Y esto? ¿Celebramos algo en especial? –preguntó.
- Que estamos juntos, por ejemplo.-sonreí mientras caminábamos hasta mi casa.

Fuimos hablando y haciendo bromas durante todo el camino y cuando llegamos a mi casa, la hice sentarse en el sofá mientras yo terminaba de prepararlo todo en la cocina.

- ¿Te ayudo? –dijo entrando en la cocina.
- ¿Qué te he dicho yo? Quédate fuera.-dije mientras la empujaba suavemente fuera de allí.
- Jo, pero me aburro.-se quejó.
- Pon la tele, música, lo que quieras.-la besé.- dame cinco minutos más solo.

Cinco minutos más tarde empecé a poner la mesa y a sacar la cena que yo mismo había cocinado, cosa que por supuesto, ella no se esperaba. Cenamos tranquilamente mientras hablábamos de nuestras cosas y nos dedicábamos sonrisas y miradas. Recogí, sin dejar que me ayudara, y después puse una película. Nos sentamos en el sofá, yo pasando mi brazo por sus hombros y ella, recostada sobre mi pecho.

- ¿Por qué no te quedas a dormir aquí? –le pregunté cuando terminó la película. Recibí un pequeño golpe en el pecho.- Auh. ¿Qué?
- Que sé lo que estás insinuando, Horan.
- No insinúo nada, pero es tarde y me gustaría que te quedaras, solo eso.-ella me miró levantando una ceja y sacó el móvil del bolsillo.
- Si mamá, es que al final hemos estado todos en casa de Tay…sí, ¿puedo entonces?...sí, sí, no te preocupes, voy directamente a clase…¡Pues claro que iré!...Gracias mamá, adiós, hasta mañana.-y colgó.
- Eres una mentirosa compulsiva.-
- ¿Y qué querías que le dijera? –ambos reímos.

Narra Jessica.

Pasé toda la mañana en casa de Zayn, en mis supuestas clases de matemáticas. Y digo “supuestas” porque pasamos la mañana más bien entre chorradas y besos que entre números y fórmulas. Volví a casa a la hora de comer para comer con mi madre y por la tarde, Liam vendría para seguir con nuestro trabajo de literatura, teníamos que acabarlo antes de las próximas dos semanas ya que empezaríamos con las exposiciones orales en breve.

- Bueno, dime, ¿qué tal con Tay? ¿Sigue con su pánico? –le pregunté después de beber un sorbo de zumo de naranja. Habíamos hecho una pequeña parada.
- Parece ser que ya no.-dijo sonriendo.
- ¿Os habéis besado? –pregunté emocionada. Liam me había contado lo mucho que le gustaba ella y que creía estar realmente enamorado. Si la respuesta a mi pregunta era afirmativa, me alegro un montón por ellos porque hacen una pareja adorable. Él se sonrojó levemente y yo le abracé.- Aw, si es que con lo mono que eres cómo no te va a querer.-
- ¿Y tú qué? –preguntó riendo.
- ¿Qué de qué? –me hice la loca.
- ¿Qué pasa contigo y con Zayn?
- Nada, nada.-dije despreocupada.
- Vamos, no me mienta señorita Bolton, ayer os vi en la fiesta dándoos el lote.
- Ay por Dios, ¡qué vergüenza! –dije tapándome la cara con las manos. Debía estar completamente roja.
- Venga Jess, no es para tanto.-él no paraba de reír.- ¿Estáis juntos? –asentí con la cabeza.

Narra Zayn.

Estaba aburrido. Solo en casa. Todos habían salido pero yo no tenía ganas de ir a caminar, la verdad. Salí a la puerta de la calle, me senté en el escalón y encendí un cigarrillo. Eso ya se había vuelto una costumbre desde que llegué a aquí. Entonces vi la puerta de la casa de Jess abrirse y a Liam salir de allí. Ambos se reían mucho y después de decirse un par de cosas más, los veo abrazarse y a ella darle un beso en la mejilla. ¿¡Pero esto qué es!? ¡Que ella es mía, solamente mía! Para ya, Zayn. Son amigos. No tienes de que preocuparte. Te quiere a ti. Ella misma te lo ha dicho.

Al pasar por delante de mí, Liam me hace un gesto con la mano a modo de saludo. Le contesté de la misma manera pero bastante más serio. Al parecer, ella también se había dado cuenta de que estaba allí porque cuando miré hacia su casa de nuevo, seguía allí. Me saludó con una gran sonrisa y con la mano. Mostré una sonrisa bastante falsa, tiré la colilla del cigarro y me levanté para entrar de nuevo en casa.

- ¿Celoso, Malik? –me gritó divertida pero entré en casa, cerrando la puerta de un portazo mientras escuchaba sus risas al otro lado.

Narra Gianna.

Lunes de nuevo. Me pasé por mi taquilla antes de entrar a clase, pero cuando me dirigía a allí con un par de libros, un cuaderno y el estuche en las manos, alguien chocó contra mí, haciéndome caer al suelo.

- Perdón, perdón, ¿estás bien? –aquel chico me ayudó a levantarme y a recoger mis cosas.
- Sí, sí, tranquilo, pero la próxima vez, ve con más cuidado.-le dije sonriendo. Era un chico rubio, más alto que yo, con los ojos claros y una bonita sonrisa.

- Claro, es solo que soy nuevo y estoy un poco perdido.
- Ah bueno, entonces si eres nuevo, estás perdonado.-sonrió.
- Soy James, James Levine.-dijo ofreciéndome su mano.
- Gianna Swan.-estreché su mano.- Bueno, a ver, dime, ¿cuál es tu aula? Quizás pueda ayudarte.
- Esta.-me enseñó un papel con el número del aula apuntado. Iba a la otra clase de bachillerato.
- Ven conmigo.

Subimos hasta el pasillo donde estaba mi clase mientras íbamos hablando un poco y cuando llegamos a la puerta de la mía, le indiqué que la suya era dos aulas más atrás.

- Muchísimas gracias.-sonrió.- ¿Puedo invitarte a algo después de clase para compensarte?
- Supongo que sí.-Intercambiamos los números de teléfono.
- Hasta luego entonces. ¡Y perdón de nuevo!
- Hasta luego.-contesté antes de meterme en clase.

¡Hola hola! ¿A qué no os esperábais capítulo tan pronto? ¡Tachán! ¡Sorpresa! Jajajaja Bueno, en realidad tenía que subir porque me voy al pueblo (ya os lo dije ayer en HWGA) y escribir seguramente si podré (aunque sea un poquito) pero no subir porque no tendré internet así que lo más probable es que hasta el domingo o el lunes no volvaís a tener capítulo. Espero que os haya gustado aunque hoy es un pelín más corto que normalmente. Yo no sé de cual de los gifs de hoy estoy más enamorada ajhbfcjsdhbvjshfbvjdg. No me enrollo más. Gracias como siempre.
Love,
Sarai.

martes, 26 de marzo de 2013

Capítulo Diecisiete: Un impulso.




Narra Louis.

Sentí un puño impactar contra mi mejilla justo cuando estaba a punto de confesarle todo a Destiny. Me tambaleé un poco y antes de que pudiera identificar a mi agresor, ya había recibido otro puñetazo, esta vez en la mandíbula, haciéndome caer al suelo. Me levanté rápidamente para defenderme y ahí le vi, frente a mí, era él, su novio. Mierda Louis. Vi su puño venir hacia a mí de nuevo pero conseguí esquivarlo y darle uno a él. Se abalanzó sobre mí y empezamos a pegarnos ahora en el suelo mientras ella no hacía más que gritarle a él que parara de pegarme pero parecía estar sordo el chaval, porque ahí seguía. Menos mal que unos segundos después alguien me le quitó de encima.

- ¡Como te vuelva a ver cerca de ella, te mato! –ese era el novio de Des. ¡Que agresividad!
- ¿Estás bien, tío? ¿Qué ha pasado?–reconocí la voz de Harry mientras me ayudaba a levantarme.
- Estoy bien, estoy bien.-me levanté y me llevé la mano a la mandíbula, me sangraba el labio.- Ha sido ese capullo, estaba bailando con Des y de repente se me ha echado encima.-expliqué.
- ¿Y Des? –preguntó una voz femenina. Levanté la vista para encontrarme con los rizos de Gia.
- Se habrá ido con él, supongo.-contesté de mala gana. Encima de que me había llevado unos cuantos golpes no me había dado tiempo a decirle nada.- Me voy a casa.-
- ¿Quieres que te acompañe? –se ofreció Harry. Negué con la cabeza.
- No hace falta. Adiós chicos.-me despedí de ambos y salí del instituto demasiado cabreado.

Narra Gianna.

Había accedido a que me invitara a tomar algo, ¿por qué no? Estuvimos en la barra sentados en una de esas banquetas altas mientras charlábamos y él  intentaba hacerme reír, cosa que consiguió en varias ocasiones.

- ¿Un baile sería mucho pedir? –dijo después de dar el último trago de su copa.
- Uf.-resoplé.- Demasiado diría yo. Hemos cumplido la ración diaria de tiempo para estar a menos de un metro.
- ¿Y de cuánto es la ración si puede saberse?
- De unos dos segundos, más o menos.-reí.
- Pues ya la hemos cumplido de sobra, ¿crees que hará daño que nos pasemos un par de minutos más? –sonrió mirándome.

- Podemos probar a ver qué pasa.-me ofreció su mano, la cogí y caminamos hasta el centro de la pista para bailar. Todo estaba tranquilo hasta que empezó a haber jaleo en una parte.- Harry, ¿ese no es Louis? –pregunté intentando identificar al que estaba en el suelo, algo complicado ya que tenía a otro tío encima suya. Rápidamente, él se giró para comprobarlo y al salir corriendo hacia allí supuse que sí era él. Fui tras él, y Harry consiguió quitar al otro chico de encima con ayuda de las demás personas que había por allí.

- ¡Como te vuelva a ver cerca de ella, te mato! –me sonaba aquella voz pero no terminaba de identificar a su propietario.
- ¿Estás bien, tío? ¿Qué ha pasado?–dijo Harry mientras le ayudaba a levantarse. Le habían partido el labio y él se llevó la mano a la mandíbula.
- Estoy bien, estoy bien. Ha sido ese capullo, estaba bailando con Des y de repente se me ha echado encima.-nos explicó. Claro, de eso me sonaba la voz, ¡debía de ser Mark! Ay Dios…
- ¿Y Des? –pregunté.
- Se habrá ido con él, supongo.-contestó. Se le notaba enfadado.- Me voy a casa.-
- ¿Quieres que te acompañe? –se ofreció Harry.
- No hace falta. Adiós chicos.-se despidió de nosotros y se fue.
- Ya sabía yo que algún día pasaría esto.-murmuró Harry.
- ¿De qué hablas?

Narra Liam.

Al final conseguí convencerla, bueno, más bien la “obligué” a que bailara conmigo aquella canción lenta. Ella con sus manos puestas sobre mis hombros y yo con las mías en su cintura. Nos movíamos lentamente, simplemente mirándonos, sin decir nada. Sonreí.

- ¿Por qué sonríes? –preguntó.
- ¿No puedo hacerlo? –levanté una ceja mirándola.
- Así no. Y menos mirándome de esa forma, me pones nerviosa.-dijo lo último casi susurrándolo pero pude escucharlo. Sonreí de nuevo.- Para ya.-reí.
- ¿Te pongo nerviosa, Tay? –dije acercando mi cara un poco más a la suya.
- Liam…-susurró.
- ¿Qué? –pregunté de la misma forma. Ahora aún más cerca de ella, respirando prácticamente el mismo aire.
- Liam.-repitió.- Yo…yo…no.-la vi cerrar los ojos, como esperando a que la besara pero no lo hice. Cambié mi trayectoria para besar suavemente su mejilla.
- Dije que te esperaría lo que hiciera falta y lo voy a hacer.-susurré en su oído y la vi sonreír.

Narra Destiny.

- Des…tengo algo que decirte.-dijo mirándome y quedé bajo el embrujo de sus ojos azules. Esos de los que había estado enamorada durante tanto tiempo. No le dio tiempo a decirme nada porque le vi tambalearse después de recibir un puñetazo. Me giré a ver quién le había pegado encontrándome con el pelo rubio de mi novio que se echó encima de Louis y empezó a pegarle sin parar.
- ¡Para Mark por favor, basta ya! –gritaba pero él ni caso, seguía sobre Louis hasta que Harry apareció y consiguió apartarle.
- ¡Como te vuelva a ver cerca de ella, te mato! –gritó antes de que me cogiera del brazo y me arrastrara fuera de allí.
- ¿Se puede saber qué te pasa? –pregunté gritando cuando salimos, soltándome de su agarre.
- Creo que eso debería preguntarlo yo, ¿no? ¿Qué hacías con ese?
- ¿Bailar?-pregunté irónica.- Es una fiesta por si no te habías dado cuenta.-dije enfadada.- Ah, y ese, era mi amigo. A-MI-GO. ¿Entiendes? –empecé a caminar calle abajo, en dirección a mi casa.
- ¡Pues no te miraba como un amigo! –gritó detrás de mí.

Seguí caminando sin volver la cara para mirarle aunque sabía que estaba detrás de mí, siguiéndome. Estaba enfadada, no debía haber pegado a Louis de aquella manera. Me cogió del brazo, haciéndome quedar frente a él, antes de llegar a la puerta de mi casa.

- Escúchame, Des. Lo siento, ¿vale? Siento haberle pegado, si quieres mañana por la mañana voy y le pido disculpas pero entiéndeme, vengo a darte una sorpresa y te encuentro bailando con otro chico…-suspiró.- Han sido los celos, lo siento, de verdad, perdóname Des, te quiero.-dijo acariciando mi mejilla.
- Te has comportado como un energúmeno, ¿es que no confías en mí?
- Ha sido un impulso.-juntó nuestras frentes.- Lo siento, lo siento y mil veces lo siento.-suspiré.
- Está bien.-sonrió antes de unir nuestros labios.

Narra Zayn.

El chico más feliz del mundo. Así era como me sentía ahora mismo al saber que ella era a partir de ahora solamente mía. Nunca antes había tenido esta sensación pero era agradable. Mucho. Estuvimos bailando un poco más hasta que vimos algo de revuelo por lo que preferimos apartarnos de allí y fuimos a una mesa donde estaban Niall y Rebecca. Nos sentamos con ellos a tomar algo y un rato después se unieron Liam y Taylor, de las que no había ni rastro era de Des y Gia. ¿Dónde andarían? Pero mi pregunta tuvo rápido una respuesta ya que vimos aparecer a Harry y Gia juntos. Espera, espera. Un momento. ¿Estos dos no se odiaban? El caso es que traían noticias: al parecer el novio de Des había aparecido por sorpresa en la fiesta y al verla bailando con Louis, le ha pegado un par de puñetazos. Así que eso era el jaleo que había habido antes en la pista…Pobre Louis. Estuvimos un rato más hablando y riendo, hasta Harry se había unido a nuestra mesa y después de un par de bailes más, decidimos que ya era hora de irnos a casa. Nos despedimos de los demás y Jess y yo caminamos hasta casa.

- Si necesitas más clases de matemáticas, puedes pasarte mañana por casa.-dije divertido cogiéndola por la cintura. Ella rió.- ¿Te he dicho que me encanta tu risa?
- ¿Y yo a ti que eres un pesado?
- Uh, lo que me ha dicho.-me hice el ofendido.
- La verdad.-sonrió acercándose a mí, haciendo rozar nuestras narices.- ¿Entonces mañana por la mañana? –asentí con la cabeza.- De acuerdo.-sonrió antes de besarme.- Te quiero.- Esas dos palabras me pillaron completamente desprevenido. La miré sonriendo.- ¿Qué?
- Que me has dicho que me quieres.-sonreí ampliamente.
- ¿Y? ¿Tiene algo de malo?
- Al contrario, me encanta.

Narra Rebecca.

Estábamos cansados así que decidimos irnos de la fiesta. Nos despedimos todos en la puerta del instituto y después de mucho insistir por su parte, Liam y Niall nos acompañaron a Taylor y a mí. Fuimos hablando por el camino hasta llegar a casa de Tay donde nos despedimos de ella y Niall y yo seguimos andando hasta mi casa.

- Ya puedes irte, he llegado sana y salva.-dije soltando una risita después.
- Vaya maneras son esas de tratar a tu novio, eh.-se quejó.
- Sabes que estoy bromeando.-le abracé antes de besarle.
- Por cierto, ¿tienes algo que hacer mañana por la tarde? –dijo después de separarnos levemente.
- Es domingo, ¿verdad? –él asintió con la cabeza.- Pues no, terminar de hacer las cosas para clase.
- Pues hazlas por la mañana. He preparado algo para por la tarde.
- ¿El qué? –pregunté aun sabiendo que no me lo diría.
- Sorpresa.-sonrió.- Paso a por ti a eso de las siete, ¿de acuerdo?

- Perfecto.-nos besamos de nuevo.- Hasta mañana.
- Te quiero.-dijo antes de que entrara en casa.

Narra Harry.

- Ya sabía yo que algún día pasaría esto.-murmuré cuando vi salir a Louis bastante cabreado de allí.
- ¿De qué hablas? –Mierda. Lo había dicho en alto.
- Nada, nada.-dije rápidamente.
- Harry…dímelo.-pidió mirándome. Sonreí.- ¿Y esa sonrisa? No le veo la gracia a lo que ha pasado y tú sabes por qué y no me lo cuentas.
- Me has llamado Harry.
- Es tu nombre, ¿no? –reí.
- Eso quiere decir que voy por buen camino.-me miró extrañada.- Ganándome tu aprecio.
- Pues echarás a perder todos los progresos si no me cuentas lo que sabes.-dijo amenazante.
- Vale, vale.-la hice caminar para salir del centro de la pista, para poder hablar tranquilamente.- Verás, es Louis…está…
- Suéltalo de una vez, Styles.-
- Se ha dado cuenta de que está enamorado de Destiny.- Ella se llevó las manos a la boca, sorprendida.
- ¿Se lo ha dicho?
- Obviamente no.-reí.- Pero supongo que estaba en ello esta noche antes de que el rubio llegara a estropearlo todo.
- Ahora ya lo entiendo todo.-dijo moviendo levemente la cabeza.
- ¿Tú no sabrás nada de si a ella…? –pregunté.
- Aunque lo supiera no te lo diría, Styles.-dijo divertida, sacándome la lengua.
- Oye, oye, volvamos a donde estábamos antes, me gustaba más cuando me llamabas Harry.

Vimos en una mesa sentados a los demás, y ella en seguida se acercó allí, no sabía si sentarme o mejor largarme por mi cuenta pero Niall me hizo un gesto, invitándome a que los acompañara.

Narra Taylor.

Me quedé pasmada, como una idiota esperando que me besara. Tenía ganas de que lo hiciera. Había decidido alejar mis estúpidos miedos. Liam me había demostrado que le importaba y estaba dispuesta a arriesgarme de nuevo. Pero no pasó nada, simplemente besó mi mejilla para decirme al oído después que me esperaría lo que hiciera falta. Algo que provocó que un escalofrío me recorriera de arriba abajo.

El resto de la noche pasó tranquila: reímos, bebimos, charlamos y bailamos hasta que nuestros pies gritaron “¡basta!”. Fui muy bien acompañada hasta mi casa que fue donde nos despedimos de Nialler y Becc, quedándonos Liam y yo solos otra vez en la puerta de mi casa. Se hizo el silencio, ninguno de los dos decía nada bien porque no sabíamos qué decir para despedirnos o bien porque no queríamos hacerlo. En mi caso, un poco de ambas. Decidí ser yo la que rompiera el silencio.

- Será mejor que entre.-él sonrió.
- Claro, que duermas bien, Tay.- ¿Y ahora qué?
- Gracias por acompañarme.-fue lo que se me ocurrió decir en aquel momento.
- No hay de qué.-sonrió de nuevo. Pensé durante unos segundos que hacer ahora. Me acerqué a él, quedando como habíamos estado en la fiesta: a escasos milímetros y rocé suavemente sus labios, depositando un pequeño beso en ellos.
- Buenas noches, Liam.-dije separándome, mirándole, él sonrió y yo me sonrojé.

- Buenas noches, Tay.

Narra Niall.

Estaba solo en casa hasta el martes, mi madre había tenido que salir de la ciudad por asuntos de trabajo. Por eso, había aprovechado la ocasión para prepararle algo especial a Bec. No me desperté muy tarde pero no tenía ganas de levantarme de la cama. Recordé lo que nos habían contado la noche anterior Gia y Harry y como no sabía nada de Des, decidí coger el móvil y preguntarla qué había ocurrido.

“Buenos días, pequeña mariposa. Creo que tienes que contarme algo que pasó anoche xx.”

Por suerte, estaba despierta así que no tardó en contestarme.

“Buenos días. Básicamente Mark se volvió loco y pegó a Louis.”
“¿Y eso?”
“Ya te contaré mejor mañana, Mark está aquí y vamos a salir a dar una vuelta.”
“De acuerdo. Pero mañana quiero todos los detalles, eh.”
“Todos y cada uno. Prometido.”
“Pasadlo bien. Te quiero mariposilla.”
“Y yo a ti, duende. Hasta mañana xx.”

Después de esa pequeña charla con Des, bajé a hacerme algo para desayunar, mi tripa ya empezaba a pedirme algo de comer. Pasé la mañana haciendo algunos deberes que nos habían mandado y después de comer, empecé a prepararlo todo para ella. Sobre las seis recibí un whatsapp suyo.

“¿Dónde vamos a ir, Nialler? ¡No sé qué ponerme!”
“Ponte lo que quieras, estarás perfecta de cualquier manera.”
“No seas pelota y dame una pista.”
“Estaremos en mi casa.”
“Hm…de acuerdo. Luego nos vemos. Te quiero.”
“Yo más.”

Narra Jessica.

Me desperté sobre las diez de la mañana, me metí a la ducha, me peiné, me vestí y bajé a desayunar con mi madre.

- ¿Dónde vas? –me preguntó al ver que desayunaba rápido porque iba a salir.
- A casa del vecino, me está ayudando con las mates.
- Ah, entiendo, ¿el chico morenito? –asentí con la cabeza.- ¿Es ése el que te gusta? –Mi madre y sus preguntitas.
- Mamá.-me quejé.
- Oh, claro que te gusta, ¡te has puesto roja! –dijo riendo.
- Adiós mamá.-grité saliendo por la puerta mientras seguía escuchando sus risas.

Llamé al timbre de casa de Zayn y su hermana mayor, Doniya, me abrió.

- Hola Jess.-me saludó.
- Hola.-sonreí.
- Aun no se ha levantado.-reímos las dos.- Pero pasa, ya sabes dónde está su cuarto.
- Claro, gracias.-sonreí de nuevo y subí las escaleras. Llamé un par de veces a la puerta de su habitación pero no obtuve respuesta. La abrí y entré. Me le encontré durmiendo todavía, con el pelo revuelto. Sonreí para mí misma y me senté en la cama con cuidado. Besé su mejilla.
 
- Profesor Malik, su alumna ha llegado.-dije divertida.
- No quiero.-dijo dándose la vuelta. Me levanté de la cama pero me cogió del brazo, haciéndome caer a su lado.- ¿Dónde te crees que vas, eh? –reí antes de besarnos. Nos quedamos así unos minutos.- Dame cinco minutos, me ducho y nos ponemos con esas mates, ¿vale?
- De acuerdo.-sonreí. Salió de la cama dejándome ver sus abdominales bien formados, noté como el calor subía a mis mejillas rápidamente.-
- ¿Qué? ¿Nunca has visto a un tío en calzoncillos? –dijo riendo.
- Calla, idiota.-dije tirándole la almohada mientras él salía de la habitación.

Aquí de nuevo. ¡Al fin me ha dado tiempo a escribirlo! Espero que os haya gustado. Como habéis podido comprobar, muchas acertásteis y fue el novio de Des el del puñetazo...En fin, intentaré subir lo antes posible. Muchas gracias.
Love,
Sarai.